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Semanalmente los servicios de urgencias atienden a menores, a veces a casi niños (11 o 12 años) por intoxicaciones alcohólicas, llegando incluso alguno a coma etílico.
Una vez que los padres ven al menor y se les informa que esta vez ha tenido suerte y todo ha ido bien, respiran aliviados.
Pero cada vez son más frecuentes los casos en los que no todo está bien y hay que hacer pruebas y pruebas y esperar y esperar a ver signos de mejora, o pasar su ingreso a las unidades de cuidados intensivos.
Lamentablemente en la mayoría de los casos los padres no se dan cuenta de que lo que acaba de ocurrir es un síntoma de algo que puede ser muchísimo más importante.
La mayoría de los adolescentes que pasan por la Unidad de Conductas Adictivas, son sumamente inteligentes y locuaces. Fue uno de ellos el que me expuso: “Los adultos sois unos hipócritas en lo referente al Alcohol, prohibís su compra y consumo hasta los 18 años, alegando que es tóxico y lógicamente cuanto más jóvenes somos más nos perjudica.
Pero el día que cumplimos la mayoría de edad, no solo “deja de ser tóxico” y ya lo podemos comprar y consumir, sino que además nos convertimos en el objetivo principal de una publicidad que nos anima a beber Alcohol con la excusa de eventos deportivos, con la proximidad del verano o encuentros sociales: “vinos de honor”, “cocteles de bienvenida”, “experiencias de maridaje”, etc…
Sé que como españoles tenemos la tradición de acompañar todo con alcohol, desde la alegría del nacimiento hasta mitigar el dolor por la pérdida de un ser querido.
Sé que de vez en cuando aparecen estudios, muy comentados en prensa, en los que se ensalza el poder protector y a veces hasta “curativo” de un determinado tipo de alcohol. Aunque cuando se repite la investigación, unos meses después, se comprueba que los prejuicios y riesgos del consumo superan con creces los supuestos “beneficios”, y esto ya no aparece en prensa. http://revistaindependientes.com/alcohol-la-piedra-filosofal-para-una-vida-eterna-feliz-y-sin-arrugas/
Sé que hay multinacionales facturando miles de millones, propietarias de las marcas más vendidas y cuyo único interés es la cuenta de beneficios.
Sé del esfuerzo desesperante que tienen que hacer las Asociaciones de Ex-alcohólicos, para que sus miembros no recaigan en una enfermedad que les destruyó la vida, sobre todo cuando llegan las campañas publicitarias de vacaciones o con las “burbujas” de la Navidad.
Y yo me pregunto:
¿No podríamos ser coherentes y hacer algo parecido a lo que se ha hecho con el tabaco?.
Sé que supondría medidas impopulares, como en su momento lo fueron las del tabaco, pero a medio y largo plazo aparecerían los beneficios:
Disminución de las muertes en accidentes de tráfico.
Disminución de las muertes por enfermedades crónicas derivadas del consumo. , etc…
Volviendo a los menores, personalmente:
– Denunciaría todas las intoxicaciones por ingestión alcohólica, a los Servicios Sociales para que averigüen que está pasando en esa familia.
– Cambiaría las multas que pagan hoy los padres, por Trabajos a la Comunidad de los hijos y si están estudiando, se los impondría para que los “disfrutaran” en vacaciones.
Como sociedad, seguiremos pagando un alto precio en vidas humanas mientras sigamos limitándonos a un “consumo responsable”.
Mi próximo artículo se titulará:
“CABREADOS, DESAFIANTES Y PEGADOS AL MOVIL”
Este artículo también lo podéis encontrar en el blog https://www.valledeelda.com/blogs/los-invisibles.html