¿DE QUIEN ES EL PACIENTE?

 

Si quieres escuchar el artículo con la voz del autor:

Primero de todo he de confesar que soy un admirador de nuestro sistema de salud, posiblemente no sea el mejor pero si está entre los mejores y por debajo del nuestro se encuentran el resto.

Pero hay cosas que no tienen coste económico, pero muchas veces marcan la diferencia de cómo somos percibidos los profesionales por los usuarios; por cierto, no me gusta utilizar la palabra pacientes porque viene de paciencia y es algo  de lo que se abusa.

Para mí es inconcebible que en pleno siglo XXI:

  • Se cite a los usuarios a una hora determinada, y lo habitual sea verlos con una o más horas de retraso, nadie les de una explicación por esa pérdida de tiempo, y menos aún una disculpa.
  • Se entre en la habitación de un hospital, y nadie se identifique, no se le diga qué se va a hacer, pidiendo su consentimiento y menos que se le explique el por qué.
  • Vaya la persona a entrar a quirófano y nadie le haya disipado sus dudas.
  • Se siga llamando a los enfermos por su nombre y apellidos, a pesar de la ley de protección de datos.
  • Se sigan devolviendo ínter consultas a los especialistas con frases similares a: “Rechazamos al usuario por no cumplir con los criterios de la unidad”, cuando cada unidad tiene criterios distintos y más aún, cada profesional los tiene diferentes a los de su compañero.
  • Haya cierto rechazo profesional a trabajar con adolescentes y más cuando estos no quieren asistir a las consultas, quedando los padres desesperanzados y abandonados.
  • Que nuestra sanidad siga girando alrededor de los profesionales sanitarios, y no en torno al usuario.
  • Que en los servicios haya sesiones clínicas de médicos y otras para enfermeras (si las hay), cuando el enfermo es el mismo.
  • Que los alumnos de enfermería, medicina, psicología… no puedan valorar el trabajo de sus tutores.

Todos y cada uno de los profesionales sanitarios, somos responsables de esta transformación, al igual que lo son las universidades y las direcciones de los departamentos de salud.

Hay mucho que hacer y no cuesta dinero hacerlo. Quizás las viejas generaciones nos deberíamos hacer a un lado, para que entre sangre fresca, siempre y cuando no sea de “dinosaurios” jóvenes que perpetúen el sometimiento del paciente y eviten conseguir una sanidad con una percepción de excelencia.

Este artículo también lo podéis encontrar en el blog del Valle de Elda


Mi próximo artículo se titulará:

“EN LA CONSULTA CON UN ADOLESCENTE”


Thanks to the translation done by Sara Cremades González (teacher and philologist), you can read this article in English:

WHOSE THE PATIENT?

First of all, I have to admit that I admire our health system, it is possibly not the best one, but it is one of the best.

However, there are things that do not have economic cost, but sometimes make the difference in how the professionals are perceived by the users; as a personal note, I don’t like to use the word ‘patients’, since it comes from patience and it is something from which we abuse.

From my point of view, it is seemingly beyond imagination that in the 21st century:

  • Users are set at a concrete date, and when they are tended to one or more hours later, nobody gives them any explanation for this loss of time, or even an apology.
  • Professionals enter a hospital rooms without introducing themselves or telling the user what they are going to do, instead they ask them for their permission or just explain why they are doing so.
  • The user enters the operating room with doubts.
  • Users are still called by their name and surname, despite the law for the protection of personal data.
  • Internal consultations are turned away by specialists with sentences such as: “We reject the user for not fulfilling the criteria of the unit”, when each unit and each professional have their own criteria.
  • Professional’s tend to reject working with teenagers, and even more when they do not want to go to the doctors, leaving the parents hopeless and abandoned.
  • That our health system is still helping professionals and not helping users.
  • That we can find clinic appointments for doctors and nurses, when it is the same patient.
  • That some nursing, medical, and psychology students…don’t value their tutors’ work.

All these professionals are responsible for this transformation, as well as universities and the directions from health departments.

There is a lot to do and it is not too expensive. Maybe the older generations should let the younger ones come in, as long as they are not stuck in the past and continue to perpetuate the feeling of the ‘patient’ and don’t work towards making the health system a perception of excellence.

Autor: José José

Enfermero experto en Adolescentes con problemas de Adicciones a sustancias (Alcohol, Cocaína, Cánnabis) o a Tecnologías.

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